EL DESAFÍO DE ARISTÓTELES
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en
el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto,
eso, ciertamente, no resulta tan sencillo. (Ética a Nicómaco)
Goleman (1995) expone que “Cuando los sociobiólogos buscan una explicación al relevante papel que la evolución ha asignado a las emociones en el psiquismo humano, no dudan en destacar la preponderancia del corazón sobre la cabeza en los momentos realmente cruciales. Son las emociones —afirman— las que nos permiten afrontar situaciones demasiado difíciles —el riesgo, las pérdidas irreparables, la persistencia en el logro de un objetivo a pesar de las frustraciones, la relación de pareja, la creación de una familia, etcétera— como para ser resueltas exclusivamente con el intelecto”. (p. 14)
PRECURSORES Y DEFINICIÓN
Este autor no es realmente el creador del paradigma de la inteligencia emocional (IE). Fueron Salovey y Mayer, de la Universidad de Yale, quienes acuñaron el término y luego Goleman lo dio a conocer. La definición más sencilla es la que dice que la IE la capacidad de: sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos.
Goleman nos comenta que “todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental. La dicotomía entre lo emocional y lo racional se asemeja a la distinción popular existente entre el « corazón» y la « cabeza» . Saber que algo es cierto « en nuestro corazón» pertenece a un orden de convicción distinto —de algún modo, un tipo de certeza más profundo— que pensarlo con la mente racional”. (p. 19)
Para efectos de comprender su naturaleza, diremos que la IE se inserta o forma parte de las múltiples inteligencias descritas por Gardner, el teórico que describió las inteligencias múltiples.
TIPOS
Gardner afirma que “no sólo no existe un único y monolítico tipo de inteligencia que resulte esencial para el éxito en la vida sino que, en realidad, existe un amplio abanico de no menos de siete variedades distintas de inteligencia. Entre ellas, Gardner enumera los dos tipos de inteligencia académica (es decir, la capacidad verbal y la aptitud lógicomatemática); la capacidad espacial propia de los arquitectos o de los artistas en general; el talento kinestésico manifiesto en la fluidez y la gracia corporal de Martha Graham o de Magic Johnson; las dotes musicales de Mozart o de YoYo Ma, y dos cualidades más a las que coloca bajo el epígrafe de « inteligencias
personales» : la inteligencia interpersonal (propia de un gran terapeuta como Carl Rogers o de un líder de fama mundial como Martin Luther King jr.) y la inteligencia « intrapsiquica»”. (Goleman, 1995, p. 48)
Dentro de esas dos inteligencias, la intrapersonal y la interpersonal, nos moveremos para comenzar a comprender cuáles son sus habilidades asociadas.
Tomado de: Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional. Por qué es más importante que el coeficiente intelectual.